Esta receta tan deliciosa, me la enseñó mi padre, un gran cocinero además de una gran persona y el mejor de los padres. ¡Gracias papa!
Os sugiero comprarlo congelado ya que es más económico y suele salir bueno.
1 Centollo ó Buey de mar
1 cebolla pequeña
1 cucharada de tomate
1/2 puerro
Aceite de oliva
Brandy
Pan rallado
Mantequilla
Sal
Poner una olla al fuego con abundante agua y sal. Cuando empiece a hervir introducir los centollos, vivos, de uno en uno. Esperar a que vuelva a hervir y entonces contar 10 minutos, sacar y dejar enfriar. Si es congelado viene ya cocido.Cuando estén a temperatura ambiente, cascar las patas y poner la carne en un plato, picarla y reservarla. Abrir los centollos, recoger el líquido del interior en un recipiente. Desechar las agallas, unas especie de plumas laterales esponjosas. Repelar bien, con una cucharilla, todo el contenido pastoso del interior del centollo y juntarlo con la carne de las patas.Poner al fuego una sartén con el aceite y cuando esté caliente echar la cebolla picada muy pequeña, el puerro y por último el ajo finamente picado. Cuando esté todo bien hecho añadir el coñac y flamear. Añadir el tomate y el líquido de los centollos. Mantener cociendo, a fuego lento, unos minutos hasta que se reduzca el caldo. Añadir entonces la carne de los centollos, la sal,pimienta y un poco de cayena molida. Mezclar bien y dejar cocer, manteniendo el fuego lento, durante unos minutos más.Rellenar los caparazones con esta pasta, espolvorearlos con el pan rallado y una nuez de mantequilla y meter en el horno a gratinar hasta que el pan rallado esté dorado.Servir caliente y en el propio caparazón.
Elogios a Juan?? vale vale.... estamos de acuerdo.
ResponderEliminaracuérdate de los pinchitos que nos tomábamos en el Baliak, a la hora del recreo...para mi el mejor Chef de Bilbao.
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